
Y me quedo inmóvil ante la posibilidad de ser libre. Los guardias me miran desconcertados por mi inmovilidad. Es el miedo el que paraliza, ante el desafió de enfrentarme a la vida en un mundo nuevo desconocido del cual ya no manejo sus códigos El tiempo aquí adentro a hecho su trabajo. Debilitando mi ser, privándome de ver el arco iris, teniendo solo grises de un calabozo como el menú diario.
Si la prisión me ha vuelto frió distante, insensible. En ella he conocido el sufrimiento, el hambre, el dolor. Con un único deseo permanente, el de sobrevivir a ella. Consolándome cada día con la cuenta regresiva en el paso de los días del almanaque de la vida.
La libertad me espera ya he cumplido la condena he pagado mis errores, que han sido mis cadenas. He podido sobrevivir a este infierno, la libertad abre sus puertas para dar paso a la felicidad, la fortaleza.
Los colores del arco iris me están esperando con un solo deseo el de amar y ser amado.